Club Fatal: La fiesta como forma de protesta

El colectivo artístico Club Fatal se encargó de despedir el mes de Junio con un evento aspirando a lo alternativo y lo ecléctico, en un marcado contraste con las propuestas que usualmente se presentan en los clubs la ciudad capital. Juntando el talento de DJs locales de amplia trayectoria con nuevas voces que, poco a poco, se han hecho los favoritos de las noches underground caraqueñas, así tomó forma La Buena Mala Vida: una mezcla de club music, trap y electrónica afro-caribeña para amanecer bailando.

 

 

The Place fue el lugar de congregación para lo que el crew de Club Fatal se traía entre manos, como forma de protesta ante el deterioro socioeconómico del país, que ha disminuido su vida nocturna y los espacios en que los productores y DJs pueden presentar su música a la mínima expresión. Es también una protesta por la fuga de talento, exponiendo el trabajo de calidad de los artistas que permanecen en Venezuela y en la disyuntiva de quedarse o emigrar.

 

 

 

Pese a las circunstancias, el evento fue un éxito: Al abrir puertas ingresaron los primeros asistentes, que rondaban como cuervos por el local antes del opening. La noche comenzaba y los primeros entre la concurrencia podían escuchar y disfrutar los ritmos caribeños que se dejaban colar en el set del DJ Chermy, quien se encargó de calentar la pista de baile con un set lleno de dancehall, hip hop y reggaeton, acompañado de los irreverentes visuales que se proyectaron a lo largo del local. Rápidamente, la pista de baile se fue llenando de los pasos tímidos de quienes llegaron temprano, animando a los más inhibidos a entrar en calor.

 

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Poco menos de una hora después, el lugar empezaba a quedar estrecho para la multitud, en una fila desde la entrada, ansiosa por llegarse a bailar y disfrutar los sets. A la media noche la temperatura dio un salto con la aparición de Subdata, DJ y representante de nuestra casa animando al público. La pista retumbaba con los pasos de los clubbers, que iban tomando posición para bailar a lo largo de la noche y presenciar lo que sería la presentación de YUNGLiAN MEDiOCRE BROKE BOi, SARC THE EAST FACE y APH como invitado especial.

 

 

Con el crew en el escenario y Subdata en los controles, se dio inicio a las presentaciones de los trappers. Inaugurando la sesión, APH, con sus pesados instrumentales y rimas llenas de real trap life – subidas al máximo hype por su crew – puso al público a saltar al ritmo del kick, clap y sus finas líricas.

 

A esto le siguió un alboroto con la llegada SARC y YUNGLiAN. El primero, miembro del FATAL Gang, lanzaba compases que quemaban al ritmo de WE BALLIN’. Descollando estilo, swag y contenido etílico, como es de costumbre, SARC siguió la velada sonando Introspección, uno de sus signature tracks. Jactándose de su buen tino como MC, termina su presentación con ”Shawty”, relatando con versos y potentes rimas una historia de desamor bastante peculiar.

 

Así se despidió este gansta para darle paso al rebelde y polémico YUNGLiAN, quien se apoderó del escenario con su popular single Vanguardismo, que terminó de prender al club y armar el turnt up como es debido, con samples de Nirvana e interludios de baile funk y reggaeton. Su presentación hizo gala de un par de temas que aún no han sido publicados, como lo son “Japón” y “Like Migos” sorprendiendo al público con su inventiva e irreverencia lírica.

 

 

Al concluir el trap, vuelve Subdata a tomar el lugar protagónico, dejando rodar los decks y haciéndose notar con las bangers que caracterizan sus sets y a su más reciente radio show Club Jamz Radio. Jersey club, baile funk, dembow y trap hitz para regalar, además de sus acostumbrados chants.

 

 

 

Cuando el público se encontraba en pleno clímax, entre los rumores se escuchaba el nombre del consentido de la casa: Koji quien pasó a ocuparse de la mezcla, finiquitando la noche con su peculiar selección, que ni los más agotados se salvaron de bailar hasta abajo: temas de reggaeton, zouk bass, kuduro y gemas de los noventa, llevando al público en un trip nostálgico que cierra la noche con broche de oro.

 

 

 

 

Así fue “La Buena Mala Vida”, dejando tras de sí un panorama para futuras presentaciones en los locales de la capital que permanecen a flote, buscando desfibrilar el corazón de la escena musical electrónica caraqueña con talento, compromiso y buenas vibras.

 

Fotografia: Imer Alonzo

 

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