Good Intent en The 8 Playlist: y su rutina de coma diabético
Cameron Ailiff – a.k.a. Marty Valentino, cuando se manifiesta su ‘persona artística – es el productor y cantante detrás de Good Intent, un proyecto en algún lugar entre el Jersey/B’more club y lo que él llama “happy trap”, con los redobles de platillos digitales de drum machines noventeras y líneas de bajo que hacen retumbar las ventanas que todos conocemos – ¿y amamos? – a las que les añade cantidades generosas de sintetizadores cremosos o masticables, dando una atmósfera de arrobamiento aniñado a sus creaciones originales y colaboraciones con otros artistas, cantando en tono de trap sobre los temas inagotables de las gerlas, los haters y el swag. Un proyecto que encaja perfecto con la manera en que se nos presentó:
“… Nací en Maryland, fui a una escuela de artes en Washington DC. Me gusta la música, la ropa de diseñadores y las chicas. Escribo música sobre las complicaciones e el amor y la condición humana desde el punto de vista de un adolescente que cree ser un ángel caído.”
Con 18 años de edad, sabe bastante sobre jazz, habiendo cursado estudios en The Duke Ellington School for the Arts. Sin embargo, sus comienzos en la música se dan como artista de remixes, por ello, en lo que respecta al su proceso creativo, trata de ir más allá de estas dos disciplinas musicales:
“Es un balance, honestamente… cuando iba a la escuela de artes estudié teoría musical, en particular jazz, intensamente, así que incorporo mucho de aquello en mi flujo de trabajo, pero de todos modos intento relajarme como para divagar y pueda acceder a nuevas ideas a través de la curiosidad en incertidumbre sobre cómo se termina de ensamblar la música”
“¡Me gusta decirle a la gente que la mayoría de mis mejores canciones son accidentes!”
Aparte de esto, Ailiff bien podría ser la definición de “prolífico”, con 21 pistas en su Soundcloud, de las que una es una entrevista en la que comenta casualmente que tiene “alrededor de 70” otras flotando, esperando el momento indicado para publicarlas.
Si su colección de pistas no es lo suficientemente sorprendente, se le añade que es el producto espontáneo de la curiosidad musical y el proceso de ponerse en contacto con la escena musical de su entorno, que también ha tenido un papel indispensable en ponerlo de relieve. En una entrevista en Channel ALT, explica cómo su colaboración con Wintertime – un rapero de FL – se dio tan sólo con responder a una solicitud de beats que aquél emitiera en sus redes sociales. Al trabajar con otros artistas a pequeña escala desarrolló una amplia red de influencia que aumentó su visibilidad, debiendo mucho a su carácter más bien amigable, que se sobreentiende en relato sobre el trabajo junto a la eminencia del rap queer de Maryland Kelow LaTesha:
“Describir la experiencia sería difícil porque fue realmente natural… Kelow es como mi hermana – Flight Attendant y su EP publicado de antemano no están listos aún, pero están quedando muy bien, simplemente por nuestra conexión musical y nuestra relación de hermandad.”
Sin embargo, esperamos que sus buenas vibras y su personalidad independiente se consoliden en un álbum debut bastante pronto. Le preguntamos qué clase de música le gustaría producir si no hubiese decidido ya por la “Sada Music”, y su respuesta lo más confianzuda:
¡No tengo idea de cómo responder eso, pues puedo hacer música de cualquier género que me plazca!
Así que quizás nuestras predicciones no son taaaan desacertadas y el chico haga su debut en “la industria”. Por lo pronto, te dejamos un pequeño playlist compuesto por Good Intent, mostrando los artistas que escucha en su rutina diaria: