Leikeli47

Quién sabe… puede ser que salga por las noches a combatir el crimen. Ser un productor musical implica algunas cosas adicionales a trabajar con sonido, como tener presencia en las  redes sociales, construirse una imagen pública y darle un giro audiovisual al audio. Es en estos actos que acompañan a la música donde esta chica oriunda de Brooklyn se destaca.

 

La artista nos impresiona, prima facie, porque no vemos su cara. Leikeli47 se “esconde” detrás de máscaras y pasamontañas, encuadrando la parte más pública de su persona pública de una manera distinta al resto. Nunca ha admitido ser una deconstruccionista, pero el gesto es claramente “¡No me mires la jeta, óyeme!”. Nos recomienda a todos adoptar este nuevo estilo, para que quizás de verdad nos veamos el uno al otro; para ella, su máscara es su rostro. Su voz es su rostro.

 

 

Llevarle la contraria al resto de los artistas y des-enfatizar lo que todos enfatizan (como su imagen) es una constante su trabajo, huyendo del frente para ir hacia el fondo. En sus pistas y entrevistas, su leitmotif es una mezcla de entusiasmo y espontaneidad cautivantes, que, si miramos bien su biografía, vienen de un lugar que se podría caracterizar por lo opuesto. De un trasfondo humilde, Leikeli47 es una productora independiente y ha construido buena parte de su sonoridad alrededor de la falta de recursos –  valiéndose de samples y sonidos encontrados, o, por ejemplo, emulando el kick de 808 al percutir un filtro de micrófono con los dedos. Se describe a sí misma como una persona tímida, solitaria y extraña. Desde esa frágil y huidiza figura emerge un sonido con toda la actitud de un Arular o un Decent Work for Decent Pay.

 

Es, por cierto, fan de Diplo – y es recíproco – en sus primeros trabajos, como Miss America encontramos gran afinidad con el estilo de producción de aquél: Un sintetizador completamente saturado se junta con una drum machine – o su émulo, quién sabe –  cantando un beat con toda la bravía del ghetto. Continuando la pose deconstruccionista, el coro repite “I dress like a boy, walk like a girl”.

En el resto de su trabajo continúa la afición por esos kicks rebotones y distorsionados. A veces abandona los redoblantes por dedos chasqueando. También encontraremos coros enormes, escapando de toda convención genérica como en Girl Gang y cambios de tónica inesperados, como el repentino giro hacia el soul en Two Times a Charm.

Leikeli47 no se preocupa tanto por distinguirse sonoramente, para ella la música es el papel de regalo para la conversación y el ritmo. Lejos de pensar en ser perdurable, se entrega al momento, llamándonos a la fiesta. Es por esta actitud despreocupada, valiente y socarrona es que la artista se ha ganado un lugarcito en nuestro corazón.