Smerz
Me siento medio mal por decir esto: son dos, son como muy conceptuales y delicadas, al tiempo en que tienen un tumbaito bailable que hace que uno se imagine shows donde se puede echar un pie y darse una relajante ducha sonora con champú que huele a flores del bosque y anfetas. Smerz vino para llenar el hueco en nuestro corazón que habían dejado CocoRosie: con sensualidad y locura femenina espesas como sirope de maple, empaquetadas en una producción impecable. Nadie se esperaba que las vikingas fueran tan suaves.
Bien que estas dos no sean hermanas de facto, pero sí de vida. Se conocieron en la escuela, cuando tenían 16, un vínculo personal que termina por ser una guía en su producción: como no pueden fingir la una frente a la otra, saben bien qué les gusta, que no, y cuándo la otra definitivamente no está de acuerdo con lo que suena. Y hablando de lo que suena:¿Quién será la de los elásticos bajos sintetizados de Because? ¿Quién la de los acordes en vibrato, beat repeat y envelopes vacilantes en Move? Ni idea de quién es quién en el estudio, lo que resulta evidente es que el resultado eriza, estremece, da calor. En sus videos se puede apreciar la misma actitud DIY que emplean en su producción: con sencillez y soltura, producen el material visual que se ajuste exactamente a lo que quieren decir.
Photograph by: MADS STIG
Rítmicamente, Catharina y Henriette van en una onda más downtempo, no obstante una pizca de síncopa, redobles mecánicos y trancaítos de drum machine, con algo de kick y clap digitales les confiere un airecito a Trap y Footwork muy en boga, al tiempo en que samples pasados por un filtro de vinil, mojados en reverb y delay dan guiños hacia el dubstep y future garage. Caen en aquél lugar que se escapa de un género musical en concreto, lo que está terriblemente a la moda.
Podemos intuir mucha de su temática si nos fijamos en el origen de su nombre: Smerz es una elisión del Herzschmerz alemán (dolor de corazón), al que podríamos aunar otras maneras de dolerse de manera germana, por ejemplo, el simpático y conocido Weltenschmerz (cansancio del mundo). El estilo de sus letras va por direcciones que recuerdan al dúo de freak folk que ya mencionamos, al canto nuboso e intoxicado de Grimes, y al siempre nostálgico, siempre vigente electroclash. Con una típica paleta pop de noviazgos depresivos, entre el “peor es nada”, el “sí, bueno” y el abandono tan frecuente que puede sentir una piel a la que no le falta compañía: esa duda que provocan las palabras “estar feliz”.
Con dos años en el ruedo, las chicas han tenido un éxito rotundísimo. Hace muy poco firmaron con XL, con quienes llevan al público su primer EP en Julio. Se han presentado en buena parte de Europa y un par de veces en Estados Unidos. Verlas en vivo es sencillamente fantástico, mientras Catharina ajusta knobs y faders meneando la cabeza, en su trance, y Henrietta baila como una mujer-serpiente al soltarnos su voz.